Emprender no es solo empezar un negocio, es descubrir el potencial, las pasiones y motivaciones que te animan a luchar por ellos. Mientras más emprendedor seas, más libre eres.
Caleb Mendoza egresó de las aulas del Instituto Continental con ilusiones y ganas de conquistar el mundo, y así lo está haciendo. Actualmente labora como reportero gráfico del Diario Correo – grupo El Comercio y también trabaja como freelance para diversas empresas, destacando entre ellas a la Pontificia Universidad Católica del Perú, el semanario nacional de César Hildebrandt y diversos diarios nacionales.
Hace casi dos años, tras desplazar a un centenar de postulantes, ingresó a formar parte de uno de los medios de comunicación más reconocidos a nivel nacional. “Hubo una convocatoria abierta en búsqueda de un fotógrafo para el diario Correo y sin pensarlo presente mi CV y portafolio. Quedé seleccionado para laborar como reportero gráfico”, menciona orgulloso.
Supo que había encontrado el trabajo ideal, emprendía una nueva vida dedicándose a hacer lo que le apasionaba y en poco tiempo sus fotografías fueron impactando a lectores y empresarios, quienes lo fueron convocando para diversos servicios.
“Emprender es encontrar mi camino y emocionarme con cada paso que doy. Saber que un día jamás será igual que otro y que eso es precisamente lo más bonito de todo. Porque no hay una sola forma de disfrutar mi carrera, no existe una sola forma de emprender”, destaca Mendoza.
La pandemia ha cambiado la forma de vida y hasta de la muerte
Con más de dos décadas de vida, Caleb forma parte de la generación sin miedos, esa que no se deja amedrentar, una generación empoderada que se exige, se educa y se enamora de sus sueños hasta hacerlos realidad.
La generación a la que pertenece Caleb está lidiando con la muerte día a día, y a él le toca retratarla. Aprendió a convivir con el sonido de las sirenas de las ambulancias como música de fondo; sus herramientas de trabajo van desde lentes, cámaras y flashes hasta mascarillas, mamelucos, lejía, alcohol y el temor de contagiarse o contagiar a sus seres queridos.
Es imposible no sentir miedo cuando le toca cubrir casos Covid- 19, para ello toma todas las medidas de bioprotección, pero tampoco deja de emocionarse al leer su nombre en los créditos fotográficos de portadas y contraportadas. “Las diversas comisiones son experiencias que me enseñan algo nuevo y se vuelven cada vez más gratificantes”, menciona.
Nos cuenta que el fotoperiodismo lo ha llevado a estar en la primera línea informativa en tiempos de pandemia. Realizó las fotografías del primer contagiado de la región Junín, de los primeros decesos y sus respectivas incineraciones. Aún lo conmueve el registro de las escenas de dolor de aquellos que no dejaban que se lleven a sus difuntos por evitar que los cremen.
Existe mucha satisfacción en sus labores, el hecho de conocer historias y personajes admirables, de encontrar belleza en la simpleza de la vida y, sobre todo, de encontrar a emprendedores como él.
El egresado de Diseño Gráfico, destaca la labor que realiza el personal del MINSA encargado del levantamiento de cadáveres y desinfección de espacios; también recuerda las fotos que les realizó a los trabajadores del crematorio de Huancayo y a los vecinos de la asociación «Los Claveles» que todos los días preparan la olla común.
Caleb supo desde su primer día de labores que había encontrado el trabajo ideal y desde entonces cada día.