Cuando llegó a su primer día de clases —en marzo de 2018—, Almendra sabía que lo suyo era el diseño de interiores. Había terminado la carrera de Ingeniería, pero por sus venas corrían las dimensiones, colores y formas propias del diseño. Así que, desde que entró a las aulas del Instituto Continental, no se detuvo hasta conquistar sus primeros sueños.
Almendra Norelli Haro Canales menciona que en las mismas aulas del Instituto, inició la aplicación de lo que iba aprendiendo sobre diseño. Para costear sus estudios, puso en marcha su primer emprendimiento: elaboración de cuadernos reciclados. Se agenciaba de hojas recicladas y cartones para las tapas, las dibujaba, pintaba muy bonito y los dejaba listos para la venta. Su primera producción, recuerda risueña, fue de diez cuadernos a 15 soles cada uno.
La iniciativa pegó. Los pedidos de cuadernos reciclados fueron creciendo en número, algunos los pedían personalizados, y hasta llegó a exponer en ferias. Fue en una de ellas que una empresa le solicitó un lote mayor con dibujos y tonos particulares. Su emprendimiento empezó a caminar solo.
Por otro lado, sus excelentes calificaciones le permitieron ser asistente de cátedra en algunos cursos de Diseño de Interiores. Allí comentaba los trabajos presentados en clase por los estudiantes y formulaba recomendaciones que, usualmente, eran secundadas por los docentes.
Ser diseñador de interiores te convierte en compositor, en un artista que basa su arte en colores, texturas y diversos materiales. Los espacios son capaces de transportarnos a lugares inimaginables, por ello es necesario adentrarse en el mundo del cliente, rescatar la esencia de sus sueños y hacerlos realidad.
Almendra egresó en diciembre de 2020. Recuerda que sus últimas clases fueron en la modalidad virtual, pero —mientras lo hacía— ya buscaba insertarse en el mercado laboral. Así llegó a IMAGINA, una empresa de diseño que se convirtió en su primer trabajo como especialista en diseño de interiores.
Apenas había acabado la carrera, y ya se ponía a cargo del diseño o rediseño de casas, negocios y oficinas. IMAGINA la ponía al tanto de un proyecto y ella se sentaba en la computadora para diseñar. Entre dimensiones, propuestas de estructuras e iluminación, Almendra no solo se ganaba la felicitación de los directivos de la empresa por su trabajo, sino también la satisfacción de sus clientes que ya empezaron a buscarla directamente.
Y fue así que ahora, a siete meses de haber egresado de la carrera de Diseño de Interiores del Instituto Continental, Almendra Haro fundó su propia empresa, Spazio Índigo, y ya cuenta con su propia cartera de clientes que le proveen de dos o hasta tres pedidos al mes. ¿Cuánto sería eso? «Hay diseños por los que cobro hasta 2500 soles, cada uno». Rentable ¿no lo creen?
Almendra siempre recuerda con cariño a amigas entrañables del Instituto como Milagros Meza, Angela Julca, Karen Bautista y varias más, así como los cursos que marcaron su paso por las aulas como el Taller de Diseño, Modelación en 3D, y Diseño de Iluminación. Pero, sobre todo, nunca deja de recordar el encargo dado por sus profesores: sé dura con las críticas, pero sensible con el diseño.
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